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23 de marzo de 2009

Principio de Sincronicidad

Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley. Azar no es más que el nombre que recibe una ley no conocida. Hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley.
El Kybalion, principio hermético de Causalidad.
l Principio de Sincronicidad es un concepto enunciado por Carl Gustav Jung que formula un punto de vista diametralmente opuesto al del principio de causalidad. La causalidad, si bien es una ley natural, constituye una aproximación de la realidad puramente descriptiva y estadística, pero incompleta, es una hipótesis mecánica de la Naturaleza, respecto a cómo los hechos se desarrollan uno a partir de otro (causa-efecto), mientras que la sincronicidad admite que la coincidencia de los eventos en el espacio y el tiempo, posee un significado que trasciende de una simple probabilidad, esto es, una peculiar y especial interdependencia de eventos objetivos, tanto entre ellos como entre eventos subjetivos o psíquicos del observador.

La sincronicidad intenta explicar una forma de conexión entre fenómenos o situaciones de la realidad que se enlazan de manera casual; es decir, coincidencias que no presentan un vínculo lineal, que responda al principio lógico de causalidad.

La sincronicidad establece que los fenómenos psíquicos y físicos se vinculan a través de su significado. Es decir, la correspondencia a nivel del significado de un fenómeno subjetivo (interno) con un fenómeno objetivo (externo) los cuales se dan simultáneamente. Por lo tanto, Jung denomina a las sincronicidades como "concordancias significativas acausales". La sincronicidad es, entonces, "la coincidencia temporal de dos o más acontecimientos, no relacionados entre sí causalmente, cuyo contenido significativo es idéntico o semejante...".

De la misma manera en que un evento cuántico incluye al acto propio del observador dentro de la totalidad del sistema (principio de incertidumbre de Heisenberg), la sincronicidad incluye las condiciones subjetivas a la totalidad de la situación. Todos los eventos simultáneos, tanto los físicos como los psíquicos son exponentes de determinada situación del momento. Todo lo cual nos hace recordar aquella máxima holística de Aristóteles: "El Todo es mayor que la suma de las partes", aplicada ya por la Escuela psicológica de la Gestalt.

Jung cita inicialmente en su obra dos casos particulares, indicando en ellos no una explicación dirigida a hacer cambiar de opinión a quien ve solamente "casualidades", sino a modo de exposición de la manera en que suelen presentarse en la vida práctica las "coincidencias con sentido":
1. El problema de la sincronicidad me preocupa desde hace mucho tiempo, sobre todo desde que mis investigaciones sobre los fenómenos relacionados con el Inconsciente colectivo me hicieron tropezar una y otra vez con conexiones que ya no me era posible seguir explicando como meras acumulaciones de acontecimientos. Tratábase de "coincidencias", pero tan significativamente conexas que su ocurrencia puramente "casual" representaba una improbabilidad que sólo podría expresarse mediante una magnitud inconmensurable. Citaré como ejemplo un caso de mi propia observación: Una joven paciente soñó, en un momento decisivo de su tratamiento, que le regalaban un escarabajo de oro. Mientras ella me contaba el sueño yo estaba sentado de espaldas a la ventana cerrada. De repente, oí detrás de mí un ruido como si algo golpeara suavemente la ventana. Me di media vuelta y vi fuera un insecto volador que chocaba contra la ventana. Abrí la ventana y lo cacé al vuelo. Era la analogía más próxima a un escarabajo de oro que pueda darse en nuestras latitudes, a saber, un escarabeido (crisomélido), la Cetonia aurata, la «cetonia común», que al parecer, en contra de sus costumbres habituales, se vio en la necesidad de entrar en una habitación oscura precisamente en ese momento. Tengo que decir que no me había ocurrido nada semejante ni antes ni después de aquello, y que el sueño de aquella paciente sigue siendo un caso único en mi experiencia.

C. G. Jung, Sincronicidad como principio de conexiones acausales.

 

En este caso parece existir un fundamento arquetípico del acontecimiento sincronístico. Se trataba de un tratamiento extraordinariamente difícil, en el que, hasta el sueño en cuestión, no se había obtenido progreso alguno. La causa principal de ello residía en que mi paciente había sido educada en la filosofía cartesiana y se hallaba aferrada de tal manera a su rígido concepto de la realidad que ni los esfuerzos de tres médicos psiquiatras (yo era el tercero) habían podido ablandarla. Hacía falta evidentemente un acontecimiento "irracional", y cuando el escarabajo llegó volando, el ser profundo de la paciente pudo romper la dura coraza.

C. G. Jung, La interpretación de la naturaleza y de la psique. (Paidós, pp. 30-31).

2. La mujer de un paciente mío de cincuenta y tantos años me contó una vez en una conversación coloquial que, cuando murieron su madre y su abuela, se congregó, ante las ventanas de la habitación de las fallecidas, un gran número de pájaros, cosa que yo ya había oído contar más de una vez a otras personas. Cuando el tratamiento de su marido estaba a punto de concluir porque había desaparecido la neurosis, le aparecieron unos síntomas leves que yo atribuí a una afección cardíaca. Lo remití a un especialista que, tras el primer examen clínico, me comunicó por escrito que no le había encontrado nada que fuera motivo de preocupación. Cuando mi paciente regresaba a casa tras esta consulta (con el informe médico en el bolsillo), se desplomó de repente en plena calle. Cuando lo llevaron a casa moribundo, su mujer ya estaba inquieta y asustada porque, al poco rato de haber marchado su marido al médico, se había posado en su casa una bandada entera de pájaros. Como es natural, inmediatamente recordó los similares sucesos que habían tenido lugar a la muerte de sus parientes, y se temió lo peor. 
C. G. Jung, Sincronicidad como principio de conexiones acausales.
Ya en su autobiografía, Recuerdos sueños, pensamientos, alude a otro gran ejemplo de sincronicidad:
3. Una confirmación del pensamiento sobre el centro y el uno mismo la obtuve años más tarde (1927) por medio de un sueño. Su esencia la presenté en un mandala al definirlo "como ventana a la eternidad". El dibujo está reproducido en Das Geheimnis der Goldenen Blüte (El secreto de la flor de oro). Un año después hice otro dibujo, igualmente un mandala en cuyo centro había un castillo dorado. Cuando estuvo terminado me pregunté: "¿Por qué esto es tan chinesco?" Estaba impresionado por la forma y elección de colores, que me parecían chinos, a pesar de que exteriormente en el mandala no había nada chino. Pero el dibujo me producía tal sensación. Fue una rara coincidencia recibir poco después una carta de Richard Wilhelm. Me enviaba el manuscrito de un tratado taoísta y alquímico chino con el título Das Geheimnis der Goldenen Blüte y me rogaba que lo comentara. Leí rápidamente el texto, pues aportaba una insospechada confirmación a mis ideas sobre el mandala y el movimiento circular alrededor del centro. (...) Para recordar esta coincidencia en sincronicidad escribí entonces bajo el mandala: "1928, cuando hacía el dibujo que muestra el castillo evaluado en oro, Richard Wilhelm me envió a Frankfurt el texto chino, cuya antigüedad se remonta a varios siglos, del castillo amarillo, el germen del cuerpo inmortal".

C. G. Jung, Recuerdos, sueños, pensamientos.
Un ejemplo reciente de sincronicidad apunta a un suceso acontecido en la vida del actor Anthony Hopkins. Cuando éste fuera contratado para actuar en la película The Girl from Petrovka ("La chica de Petrovka"), no consiguió encontrar en ninguna librería londinense la novela de George Feifer en la que se basaba el guión. Frustrado y aburrido, se dispuso a tomar el tren subterráneo para regresar a su casa. Estaba sentado en la estación de Leicester Square cuando, de pronto, halló el libro en un banco. Se quedó tan asombrado de su buena suerte que ni siquiera reparó en las anotaciones que el volumen tenía en los márgenes. Dos años más tarde su sorpresa fue aún mayor. Al conocer al autor durante el rodaje del filme, éste le dijo que había perdido su ejemplar anotado. Dicho ejemplar era el mismo libro que Hopkins había encontrado en la estación olvidado sobre un banco.

Se trata aquí evidentemente de casos de casualidades, y no de ninguna clase de "milagros" o "fenómenos paranormales", cosa que, por otra parte, jamás fue sugerida por Jung.

Sincronicidad en el misticismo y los oráculos

Debemos admitir que hay mucho qué decir respecto a la inmensa importancia del azar. Una incalculable cantidad de esfuerzos humanos se dedica a combatir y restringir el daño o peligro que representa el azar. Las consideraciones teóricas de causa y efecto con frecuencia lucen pálidas y empolvadas en comparación con los resultados prácticos del azar.

Mientras el pensamiento occidental moderno se preocupa por la causalidad, al pensamiento místico le preocupa lo que llamamos "casualidad". En occidente tenemos leyes generales que son aplicadas a un determinado fenómeno. Por ejemplo, la formación hexagonal de los minerales de cuarzo. La ley de cristalización determina y establece que todos los cuarzos han de formarse como prismas de seis caras sin excepción. No importa el lugar, todos los cuarzos naturales poseen esta forma física. Por lo tanto un cuarzo, según la mente occidental, es un cristal prismático hexagonal, lo cual no es incorrecto. La aseveración es bastante cierta en tanto se representa mentalmente un cuarzo ideal. A pesar de que los cuarzos se someten a esta ley general, uno no encuentra dos cuarzos exactamente iguales en la naturaleza, aunque todos son evidentemente hexagonales. Lo mismo sucede en el caso de los copos de nieve, que también siguen un patrón hexagonal, y en muchos otros fenómenos naturales.

Cristalización de cuarzos y copos de nieve. Cada individuo es único e irrepetible, así como las experiencias de la vida de cada ser vivo en su existencia.

Sin embargo, a los sabios místicos, particularmente los orientales, parece interesarles más la forma real que la forma ideal. La revoltura de leyes naturales que constituye la realidad empírica contiene, para ellos, mayor significado que una explicación causal de los sucesos, los que, además, por lo común deben separarse unos de otros a fin de abordarlos adecuadamente.

Las formas ideales son parte, podría decirse, del mundo platónico, ese mundo inteligible, intangible, perfecto e inmutable que proyecta como un espejo todas las formas imperfectas que vemos en nuestro plano dialéctico y dinámico.

El modo en que los sistemas de adivinación, o también llamados oráculos o mancias, tienden a considerar la realidad, parece no aprobar nuestros procedimientos causalistas. El momento realmente observado parece más al antiguo criterio, un acontecimiento accidental que un resultado claramente definido de procesos causales concurrentes en cadena, un fenómeno abordado actualmente por la teoría cuántica y la teoría del caos. Para entender la esencia de estos antiguos oráculos es menester abandonar ciertos prejuicios de la mente moderna y racionalista, que todo desea categorizar, e intentar comprender los mecanismos poco explorados de la intuición. El asunto de interés parece ser la configuración integrada por sucesos casuales en el momento de la observación, y de ninguna manera las razones hipotéticas que al parecer cuentan para la coincidencia. En tanto que la mente moderna cuidadosamente escudriñadora, considera, selecciona, clasifica, aísla y separa, el pensamiento implicado en los oráculos engloba todos los fenómenos ocurridos en un momento determinado, incluso hasta el detalle más insignificante y sin sentido, porque todos los ingredientes integran el momento observado.

Tarot, juego de azar con cartas inventado en el siglo XV con el que posteriormente se creó una popular forma de cartomancia.

Sucede así que cuando uno selecciona algunas cartas del Tarot o arroja las tres monedas del I Ching, estos detalles accidentales entran en descripción del momento que se observa y forman parte de él, parte que es insignificante para la mentalidad moderna, pero sumamente significativa para la mentalidad mística. En la mente moderna sería una afirmación banal y sin significado (por lo menos según lo que se ve) decir que aquello que ocurre en un momento dado posee inevitablemente la virtud que le es peculiar a ese momento.

Oráculo chino,I Ching, compuesto por 64 hexagramas.

Este argumento no es abstracto, sino bastante práctico. Existen catadores de vino que pueden distinguir, sólo teniendo en cuenta el aspecto, tanto el sabor y el comportamiento de un vino, así como el solar de su viñedo y el año de su origen. Hay anticuarios que casi con misteriosa precisión especificarán, tan sólo con mirarlo, fecha y lugar de origen, así como autor de un objeto de arte o de un mueble. E incluso existen astrólogos que pueden decirnos, sin ningún conocimiento previo de nuestro natalicio, cuáles eran las posiciones del Sol y de la Luna y cuál signo del Zodiaco ascendía sobre el horizonte en el momento de nuestro nacimiento. Ante tales hechos, debe admitirse que de alguna manera los momentos en el tiempo pueden dejar huellas duraderas.

Carta astral, usada en la Astrología para conocer la posición exacta de los astros en el momento del nacimiento de un individuo.

En otras palabras, los antiguos sabios que idearon los múltiples sistemas adivinatorios, estaban convencidos de que la carta, el hexagrama, el astro o la runa que resultaba en un cierto momento, coincidía con éste tanto de un modo cualitativo como temporal. Cada accidente dado, una vez puesto en marcha su sistema, para ellos era el exponente del momento en que se calculaba, incluso más de lo que podrían expresar las horas del reloj o las divisiones del calendario, en vista de que se entendía que el hexagrama o la runa era un indicador de la situación esencial prevaleciente en el momento en que se producía.

Futhark o alfabeto rúnico. Los caracteres germánicos eran considerados, no como meras letras con un valor fonético, sino como símbolos con vida propia, dotados de poderes mágicos, lo que se atestigua por el propio significado de la palabra runa: "secreto".

A diferencia de lo que tanto escépticos como pseudo-junguianos y proponentes del New Age creen, este principio de ninguna manera pretende dar validez científica a las artes adivinatorias (no la tienen ni la tendrán), sino explicar el pensamiento místico e intuitivo que está implicado en ellas.

En la misma obra en que Jung lo expone junto con el físico Wolfgang Ernst Pauli, La Interpretación de la Naturaleza y la Psique, Jung descarta la solvencia metodológica de las "artes inciertas", como las denominaba Paracelso. Gran parte de los movimientos que en la actualidad se denominan junguianos, defienden argumentos que estarían en abierta contradicción con las ideas originales del autor.

En síntesis, a estas prácticas no les interesan las leyes, axiomas o teoremas generales que son aproximaciones de la realidad, sino que como conocimiento puramente intuitivo, se interesa más por el aspecto casual de los fenómenos que suceden en un momento específico y al azar. Sólo se ocupa del carácter variable y particular de los fenómenos o accidentes y no de sus causas generales e inmutables. Por esta infinidad de variables distintas y desconocidas, las causas de los eventos mantienen una cualidad única e irrepetible, incapaces de someterse a experimentación. Así, los accidentes de cada punto espaciotemporal de un determinado objeto, forman parte de su influencia. Mientras la causalidad racional intenta analizar por separado cada parte de un fenómeno, el principio irracional de la adivinación procura sintetizar cada parte del fenómeno como un todo.
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Bibliografía.

-Carl G. Jung, Sincronicidad como principio de conexiones acausales.
-Carl G. Jung, Recuerdos, sueños, pensamientos.
-Richard Wilhelm, I Ching (Libro de las Mutaciones). Con prólogo del Dr. Carl G. Jung. Ed. Tomo.
-Carl G. Jung & Wolfgang E. Pauli, La Interpretación de la Naturaleza y la Psique.
-Tres iniciados, Kybalion.

21 de marzo de 2009

Citas para despertar

El Amor es uno de esos misterios que nos permiten sentir el inestimable y doloroso sabor de lo Absoluto.

Mircea Eliade, Solilocvii.



Quien conoce a los demás es inteligente.
Quien se conoce a sí­ mismo es sabio.
Quien vence a otros es fuerte.
Quien se vence a sí mismo es poderoso.


Lao Tse, Tao Te Ching, XXXIII.



Quien no cree en la magia, nunca la encontrará.

Roald Dahl.



Libera tu mente.

Morpheus, The Matrix (1999).



Yo no soy un hombre, soy un campo de batalla.

Friedrich Wilhelm Nietzsche.



Lo que los hombres llaman "sobrenatural", es en realidad algo natural que no ha podido ser comprendido.

D. L.



Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no encuentra nada.

Johann Wolfgang von Goethe.



El que sabe no habla, el que habla no sabe.

Lao Tse, Tao Te Ching, LVI.



Satyât Nâsti Paro Dharmah.

(No hay religión más grande que la verdad).


Helena Petrovna Blavatsky.



Empty your mind, be formless, shapeless.
Like water. You put water into a bottle
and it becomes the bottle. You put in a
teapot, it becomes the teapot. Water can flow,
or it can crash. Be water, my friend.


Bruce Lee.



Ásato ma sád gamaya
támaso ma jyótir gamaya
mrtyór mamrtam gamaya.

(De la mentira, guiadme a la verdad.
De la oscuridad, conducidme a la luz.
De la muerte, llevadme a la inmortalidad).


Brhadaranyaka Upanishad, 1.3.28.



Amor Vincit Omnia.

Publius Vergilius, Eclogæ, X, 69.



Natura non nisi parendo vincitur.

(Sólo podemos dominar la Naturaleza si la obedecemos).


Francis Bacon.



Yo sólo te mostraré la puerta, pero tú tendrás que cruzarla.

Morpheus, The Matrix (1999).



Animus ad amplitudinem miysteriorum pro modulo suo dilatetur; non Mysteria ad angustias animi constringantur.

(Dejemos que la mente, en la medida de lo posible, se abra a la totalidad de los misterios; no dejemos que los misterios se constriñan con el fin de adecuarse a los confines más estrechos de la mente).


Francis Bacon.



Luke Skywalker: -¡No lo puedo creer!-

Yoda: -Por eso es que fallas.-

Star Wars, Episode V: The Empire Strikes Back (1980).



No voy a cometer la estupidez tan de moda de considerar como un fraude todo aquello que no puedo comprender.

Carl G. Jung.



La batalla más difí­cil la tengo todos los días conmigo mismo.

Napoléon.



La victoria más gloriosa es la victoria sobre uno mismo.

Aristóteles.



Alterius non sit qui suus esse potest.

(Que no pertenezca a otro quien puede ser dueño de sí mismo).


Phillippus Aureolus Theophrastus
Bombastus von Hohenheim, Paracelsus.



Γνῶθι σεαυτόν

(Conócete a ti mismo).

Oráculo de Delfos.



Una misma ley para el león y para el buey es opresión.

William Blake,
The Marriage of Heaven and Hell,
A Memorable Fancy
, 1790-1793.



Los sabios buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado.

Napoléon



Un dios caí­do es el hombre, pero no un dios vencido.

Corpus Hermeticum



Donde no hay justicia es peligroso tener razón, ya que los imbéciles son mayoría.

Francisco de Quevedo y Villegas



Se limpia el frasco antes de verter en él el vino celeste.

MR I-38



El hombre siempre ha vivido en el mito y ahora creemos que podemos nacer y vivir sin mitos [...] Eso es una mutilación del ser humano.

C. G. Jung



The pen is mightier than the sword.

(La pluma es más poderosa que la espada).


Edward George Earl Bulwer-Lytton
Richelieu (1839)



A los ojos de los iniciados, todas las cosas indican las huellas de un dios.

Friedrich Schiller



Todos los que quieren hacer triunfar una verdad antes de su hora, corren el riesgo de acabar siendo considerados como herejes.

Pierre Teilhard de Chardin,
Sacerdote católico francés



Los instintos son mejor protección que toda la sabiduría del mundo.

C. G. Jung



Aquel que se opone o se burla de aquello que desconoce, está en camino de ser idiota.

Victor Hugo



Ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad, pueden producir la insoportable desesperación que resulta de perder la propia identidad.


Howard Philips Lovecraft,
Through the Gates of the Silver Key.



Nadie es más esclavo que quien se cree libre.

Johann Wolfgang von Goethe



El pez que nada contra la corriente, al llegar a la cima de la montaña es bendecido por los dioses y es convertido en Dragón.

Antiguo proverbio oriental



Yo no creo... Yo sé.

C. G. Jung



Imperio absenti chaos regit.



Toda verdad pasa por tres etapas. Primero, es ridiculizada. Segundo, es combatida. Tercero, es aceptada como evidente.

Arthur Schopenhauer.



El alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho a la vulgaridad y lo impone donde quiera.

José Ortega y Gasset.



La tolerancia y la apatía son las virtudes de una sociedad moribunda.

Aristóteles



La igualdad quizás puede ser un derecho, pero ningún poder sobre la Tierra podrá nunca convertirla en un hecho.

Honoré de Balzac



Hay dos historias, la oficial, embustera, que se enseña ad usum Delphini, y la verdadera, secreta, en la que están las verdaderas causas de los acontecimientos: una historia vergonzosa.

Honoré de Balzac

16 de marzo de 2009

¿Sabías que?...


l físico austriaco Dr. Fritjof Capra considera que, en el intento por comprender los misterios de la existencia, el ser humano ha desarrollado y seguido algunos caminos que si bien aparentan ser totalmente opuestos, han llevado a las mismas conclusiones, estos caminos son la Ciencia y la Mística. La tesis que plantea es: La Física moderna, representada por la teoría cuántica y la teoría de la relatividad, posee paralelismos muy exactos a la concepción mística de las antiguas religiones de todas las épocas y tradiciones, principalmente las orientales: el hinduismo, el budismo y el taoismo. En su obra, The Tao of Physics (El Tao de la Física) explora la relación entre tales conceptos, mismos que revelan que la ciencia moderna sólo ha redescubierto verdades que las tradiciones antiguas de alguna manera ya conocían.

Fuente: Fritjof Capra. The Tao of Physics, (1975) Ed. Sirio.

n el año 2005, un joven budista del pueblo de Ratanapuri llamado Ram Bahadur Bomjon, permaneció al pie de un árbol meditando durante 10 meses sin comer ni beber. Su increíble hazaña es descrita por los expertos como "imposible", pues el cuerpo humano no resiste más de tres o cuatro días sin agua, y más de tres meses sin alimento. Se supone que para saber si lo que estaba sucediendo no se trataba de un fraude y que al joven se le alimentaba sin que nadie se diera cuenta, su intensa meditación fue filmada. Para sorpresa de todos, esta filmación concluía que no recibía ningún tipo de alimentación exterior, aunque los hechos que rodean a este caso todavía no están libres de controversia por los escépticos. Posteriormente, el 13 de Marzo del 2006, el joven desapareció sin dejar rastro, se pensó que se había internado en la selva para poder continuar su meditación sin que se le interrumpiera, pero quizás la dio por concluida, aunque no se volvió a saber de él hasta noviembre de 2008. Desde entonces, todos lo conocieron como "el Nuevo Buda" y algunos afirman que es su propia reencarnación, aunque él lo ha negado.

Fuente: 2007. Discovery Channel, The Boy With Divine Powers

haun Ellis es un investigador inglés de la vida silvestre que convivió con una camada de tres lobos después de haberla adoptado ya que su madre los había abandonado.

El científico imitó el comportamiento de los lobos logrando convertirse no sólo en un miembro de la manada, sino también en el macho alfa, o macho dominante. Durante la convivencia de Ellis con la manada, les enseñó a cazar y a adquirir otros comportamientos propios de los lobos salvajes, todo ello mediante castigos corporales, juegos, y aullidos.

Asimismo, Ellis comprendió la importancia que tienen los aullidos para los lobos como medio para localizar miembros de la propia manada y para advertir a miembros de otras manadas que se están acercando a su territorio. Las enseñanzas de Ellis tienen como objetivo el poder reinsertar al mundo salvaje a los lobos que han crecido en cautiverio.

Fuente: National Geographic Channel, A Man Among Wolves

n la Pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá se producen efectos visuales y acústicos que representan acciones del dios Kukulcán, la Serpiente Emplumada.

En el atardecer de cada equinoccio de primavera y de otoño, es posible observar un efecto de luz solar en el que parece que, gradualmente, una gran serpiente desciende del Cielo hacia la Tierra. Esta serpiente está formada por la sombra que proyectan las nueve plataformas de la pirámide.

Por otro lado, si una persona aplaude a unos 40 metros de forma frontal a la escalinata de la pirámide, las ondas sonoras del aplauso se propagan hacia los escalones y rebotan en forma de eco distorsionado, generando un sonido semejante al canto de un quetzal, el ave sagrada de los mayas.

n demonología, muchos nombres de demonios malignos se originaron debido a la práctica de las religiones abrahámicas que, precisamente, "demonizaron" las figuras de los dioses de otras culturas vecinas con el fin de presentar al propio dios tribal como único y verdadero: el más destacado y antiguo es YHVH de los judíos.

El demonio Belcebú o Beelzebub, por ejemplo, surgió del término Baal Zebub (Ba'al Z'vûv, Señor de las Moscas) que era usado por los hebreos para burlarse de los adoradores del importante dios semítico solar Baal (Señor), debido a que la carne de los sacrificios a Baal se dejaba pudrir, por lo que sus templos se infestaban de moscas.
Astaroth, "el gran duque del infierno", proviene de la diosa fenicia del amor y la belleza, Astarté.

Lucifer, identificado a veces con Satanás, era en realidad un dios grecorromano hijo de la diosa de la mañana Eos/Aurora y asociado a Venus. Su demonización se debe a san Jerónimo.

Esta práctica, que hacía que todos los dioses paganos tales como Zeus, Odín, Horus, Amón, Marduk o Quetzalcóatl fuesen demonios, resultó muy efectiva como medio para desprestigiar y, consecuentemente, hacer desaparecer religiones ajenas, y dieron inicio, entre otros factores, a la supremacía de las principales religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam. La demonización no es un fenómeno exclusivo del ámbito mitológico y religioso, sino también del histórico y político.

Imagen: Le génie du mal, por Guillaume Geefs (1848). Escultura de mármol de la catedral de San Pablo, Lieja, Bélgica.

o hay constancia histórica del uso de cuernos por los vikingos. Esta creencia se la debemos al pintor sueco Gustav Malstrompor que quiso representarlos como seres casi endemoniados, poniéndole cuernos en sus yelmos por primera vez en 1820 para el poema épico Friðþjófs saga hins frœkna (La saga de Frithiof). La ópera, el cine y la cultura popular han contribuido a difundir esta fantasía. Los cuernos fueron usados por otros pueblos como los celtas, más como ornamento ceremonial que como casco de combate, ya que no eran prácticos en la lucha.